jueves, 24 de enero de 2013

Noche poeta, a tocar la trompeta.

Heeeey, ¿que tal? Buenas a todos.

Es un placer para mi escribir estas líneas metido en mi cálida cama con el dedo pequeño del pie izquierdo montado. Es jodidamente doloroso pero yo aguanto con alegría con tal de que mi sonrisa ilumine las teclas del ordenador y las pulse correctamente.

No sé como puñetas os irán las cosas por dondequiera que estéis, pero yo estoy en pleno apogeo de exámenes mierders y monguers y la verdad es que a más de una profesora le podría entrar una diarrea brutal el día del examen.

Pero debo controlar mi frustración  ya que esto es parte de la vida y un eslabón inseparable de la experiencia universitaria. Experiencia que por cierto, voy a "experimentar" en todas las universidades de Andalucía a este paso.

En fin, como decía, debo de olvidarme de ahorcar a nadie. Cosa que es bastante difícil cuando mi vida en estos días se resume a: comer, dormir, excretar/orinar y estudiar. Es como en la vida animal pero sin reproducirse y morir (esta última no es del todo despachable). Pero como decía, la vida es pu... es bella y lo que me espera detrás de estos exámenes son más examenes... es felicidad y armonía.

Pero bueno, como yo soy una persona normal, voy a estudiar y a tomar por pompis todo. Ahora, voy a dejar de mancillar la esencia de este Blog hablando de estudios y cabras.

Voy a dar un dato mierder y absurder que no os importa pero a mi me da igual. Tengo todos mis zapatos empapados, lo cual viene genial por si tengo sed de vuelta a casa o de camino a la facultad. Solo tengo que quitarme el zapato, introducir la pajita y sorber cual bebé la teta de su madre.

Las almorranas... El sueño está empezando a hacer mella en mi, por lo que a dormir me debo ir. Pero, oh! no sin antes ejercitaros vuestras partes con una gran poesía, fruto de mi gran alegría:


Cuando no puedas concentrarte,
y tengas ganas de defecar,
ve a un banco a acomodarte,
nunca sabes lo bien que te va a sentar.

El truco está en muy bien apuntar,
y el mojón entre las tablas de madera colocar,
para que con un sonido estruendoso,
vaya tal excremento oloroso,
contra el suelo a chocar.

Oh! que bonito es disfrutar,
Oh! que hermoso es el esfínter relajar.

Una vez termines no te has de preocupar,
pues cerca de los bancos papeleras has de hallar.
Y es de muy buen saber que dentro habrá de haber,
folletos, servilletas y periódico de papel.

Con ellos tu orto habrás de frotar,
hasta que el brillo de él consigas sacar.
Sigue los consejos de este perturbado sabio,
con ellos jamás caerás en malfario.


Oh! que bonito es disfrutar,
Oh! que hermoso es el esfínter relajar.


Con esto y sin lo otro,
me voy a la cama cual potro.
Bien durmáis queridos míos,
taparos bien que hace frío.

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Por: Javier Fdez-Martos Yáñez


Damiselos y caballeras, ¡nos vemos dentro de poco!

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