viernes, 10 de enero de 2014

RESUMEN NOCHE DE FIN DE ANO. REPITO, ANO.



Para no alargarme demasiado, voy a escribirlo como si fuera una lista de la compra, vale? En plan:

Pepinos
Vinagre
Farlopa
Una docena de huevos
Queso
Una cabra viva
Comida pájaros
Váter
Etc

A ver, la verdad no tenía ningunas ganas de salir, y a la hora del consomé ese yo ya estaba con to el careto hundido entre dos cojines. Dicho esto, vamos allá (a ve si me acuerdo de todo):

Me recoge mi gran amigo Pablosky (sin vestir aún, cartera perdida, me olvido la botella, no cojo abrigo, diarrea crónica, en fin, todo perfecto para comenzar la noche)

Casa de mi gran amigo Valver. Copasos.

Casa de mi gran amigo Joaquinga, copasos a mansalva. Allí nos cebamos unos a los otros como buenos amigos, pero luego nos decimos que nos queremos y todo es felicidad. Más copasos.

Mi GRAN amigo Manolo desaparca un coche.

Nos vamos por ahí.

Vemos un cadáver. Le pegamos patadas y lo escondemos tras unos contenedores para rifarlo luego.

Yo no sé a dónde vamos.

Me encuentro a una amigas de mi hermana. Obviamente me quedo con ellas. Mis grandes amigos se van y me dejan sólo. No es tan grave. Me eliminan del grupo de Whatsapp. Ya es un poco más grave.

De repente pienso en cómo se debe sentir un tornillo de mesa de ping-pong.

Sigo por la calle sólo y aturdido. Me encuentro más amigas de mi hermana (están en todas partes). Bueno, la verdad es que ya son mías, o sea, mis amigas. Ok. Sigo.

Sutilmente una paloma se caga en mi cabeza.

Empiezo a abrazar a gente. Pierdo la cuenta. Me desoriento. Soy feliz. Decido ir a buscar a mi gran amigo El Pereda. Encuentro a más gente. Abrazos. Feliz Ano por doquier. Encuentro al Pereda.

Me voy por ahí. Tenía un cigarro en la oreja. Ya no está. El mundo de Narnia empieza a autodestruirse. Empiezo a pensar en ella. Mal. En unos minutos no me la puedo sacar de la cabeza. Blandita. Acolchada. Mi cama...

De repente me vacilan unos niños de 2 Bachillerato y me quieren pegar. Típico en mi vida.

Me voy con el Pereda por ahí a ver a una amiga. De repente me doy cuenta de que estoy congelado. Decido grabar un documental en el polo norte sobre el oso polar, pues ya estoy completamente inmunizado al frío. Decido irme a casa, sólo y sin churros.

Estrambóticamente un albatros se caga en mi cabeza.

Vuelvo a casa a pata. Por el camino creo ver al Yeti dirección Kulala en un vespino y con una camiseta de Los Ramones.

Me encuentro más gente por el Brillante. No comprendo qué puñetas hace la gente con su vida bajando de la sierra a pata a las tantas de la mañana.

Me cruzo con unos chavales y uno pega un grito cuando pasa junto a mi para hacerse el gallito ante sus amigos. Mi reacción es ponerme a chillar y gritar como un auténtico psicópata mientras, desbocadamente, me pongo a caminar de espaldas y hacer gestos extraños. El tio lo flipa. Huye.

Aberrantemente un pterodáctilo se caga en mi cabeza.

Llego a mi casa. Le doy las buenas noches a mis pájaros como buen desequilibrado por la fauna y me voy a la cama.

Duermo.

Me levanto. Saco a mis pollos pa que vuelen un poco. Meto un plato de macarrones con queso en el microondas y me pongo a escribir esta bazofia.

Buenos días y feliz año.

"Hija de perra"

El otro día dejaron una perra ajena a la propiedad de mi familia en mi casa, y se escapó. Pues bien:

NARRACIÓN COMPLETAMENTE REAL DE LO QUE HA SUCEDIDO CON LA PERRA:

El viento azotaba violentamente los árboles en la oscuridad de la noche, las ramas crujían y las hojas caían presa de la violencia de los movimientos y la fuerza de la lluvia, los monos se caían de las ramas y la Duquesa de Alba tomaba té con el Nigromante en Dun Guldur. La noche perfecta para irse de perreo.

Ella, perra incoherente con un cerebro atrofiado, no tuvo mejor idea que irse de paseo nocturno mientras el ciclón Putumunburuculugurdu castigaba violentamente a Córdoba por su ateísmo hacia la Navidad, adorando a castores gays tranasexuales que tenían como dios supremo a Papá Noel, cabecilla de la secta Gorros Coloraos (bajo la tapadera de gordo bonachón, él y sus súbditos traficaban con órganos extraídos ilegalmente de los niños a los que llevaban regalos, extrayéndoselos con magia negra mientras dormían), fácilmente identificable por la obesidad mórbida de sus seguidores y sus barbas hipsteras.

A esto había que sumarle, además, que hoy 25 de Diciembre, día en el que el niño Jesús nació, no hay ningún servicio de búsqueda de mascotas perdidas en funcionamiento, ni eso ni el Mercadona, así que realmente estábamos perdidos, porque en los chinos no estaban disponibles a un soborno de búsqueda.

Pues ella se fue, no se sabe por qué, con el amor que le dábamos tenía para dar y regalar toda la Navidad a todos los perros de la región, la cuestión es que se fue. Pero sus planes evasivos fueron contraatacados por un vecino aliado, que la vio a ella y a otro perro macho de la misma raza y color vagabundeando por las calles. Por lo que descubrimos que se trata de perros nazis cuya intención es conseguir una raza pura de labradores blancos para dominar a las demás razas. Gracias a Dios no llegaron al coito y el heroíno vecino colocado a heroína la cogió y mantuvo en sus aposentos toda la noche. El perro, llamado Adolf por la comunidad judía, consiguió darse a la fuga. Posiblemente esté organizando un ejército de labradores albinos para contraatacar al anochecer del sol nocturno, tercera alba a la luna de día del repollo heavy (según el calendario del LIDL).

Finalmente la perra ha sido devuelta al lugar al que pertenece, donde está siendo sometida a intensivos lavados de cerebro y reimplantación de recuerdos psicológicos, así como pálpitos rectales cada media hora. Todo ello enfocado a la destrucción total de sus recuerdos hitlerianos y a la implantación de una personalidad de agaporni, para poder vivir el resto de su vida junto a mis pájaros.

Sin más me despido. Todo lo que he escrito es fiel a la realidad y ni un sólo detalle ha sido exagerado y/o inventado. Insisto, lo que aquí acabáis de leer es la verdad. La batalla del fin del mundo se acerca, Luciferes sobre labradores blancos bajo la canción de la lotería de navidad se aproximan... Mas no sabemos el día ni la hora. Hemos de estar preparados. Y bien abrigados.

FELIZ NAVIDAD!!!


La vida misma

Señores, señoras. El mundo se va a la mierda.

Hace unos días tuve la desgracia de tener internet en el móvil. Tuve la desgracia de poder estar conectado las 24 horas de los 365 días del año. Tuve la desgracia de poder empezar a dejar de mirar los árboles cuando voy en el bus.

Me encantaría saber lo que piensan los abuelos todas las mañanas en el autobús, con sus artrosis y sus pelos en las orejas, al ver a la juventud con el cuello en un ángulo propio de un exorcismo clavando sus pútridas córneas carcomidas por el cáncer que desprende la pantalla de sus móviles. De verdad, es repugnante.

Perderse la oportunidad de ver como vuela una paloma tras los primeros rayos de sol, como defeca un perro al lado de una farola, como fuma su porro algún drogadicto en la calle, como pasea una orda de abuelas cotillas creyéndose divinas con sus tres pelos estropajosos en formas extrañas, y sus potingues de colores que hacen que sus poros supliquen luz solar y transpiración de forma desesperada. Todas esas cosas nos las perdemos todas las mañanas a cambio de saber el frío que tiene nuestra amiga cursi pija repelente y lo agustito que se quedaría ella, vaga de mierda, en su camita en vez de ir a clases porque es "mortal e inhumano tener clases tan temprano".

Además, a nivel personal, también pierdo la oportunidad de ligar en los autobuses, que como sabréis, es mi único y exclusivo coto de caza. Pero a uno le entran más ganas de dar amor a una comadreja parda común antes que a un ser zombificado con las vértebras del cuello sobresaliendo cual joroba de dromedario, los ojos inyectados en sangre y un cerebro de chupóptero social.

Hasta aquí mi reflexión. Pasen un buen día y vayan a ver El Hobbit con sus amigos.

Azucarudos.
Hola.

Me siento un poco mal porque me he comido un sandwich con moho para desayunar. Bueno, en realidad el cachito de moho se lo he quitado, pero ahora quién dice que no he ingerido algunas esporas?

Dios mío, puedo acabar como un gran Bob Esponja verde lleno de setas... Qué he hecho!! Contrarrestaré los síntomas comiendo algunas piedras. Los cocodrilos lo hacen para hacer la digestión, y acaso soy yo menos que un cocodrilo? Lo soy?

En verdad qué estoy diciendo... Acaso merece la pena vivir en este mundo? Un mundo donde los hombres se depilan? Un mundo donde las personas son más que los animales? NO!

No merece la pena vivir. Me rendiré a los champiñones que florecen en hermosos forúnculos dentro de mi cuerpo, sentado en esta butaca en las Jornadas sobre Cine y África cuya capa de terciopelo será triste sustitución de la suavidad del abrazo de una madre antes de morir. Adiós.